sábado, 1 de enero de 2011

Muros y piedras.

Me da igual, no me importa, me es indiferente, me da lo mismo ser una desgraciada que está sola, que no tiene cariño, borde, tirada, arrastrada, frágil y mil veces tonta. Insensata, incoherente, incompleta, amargada, apartada del mundo, soltera, solitaria, dolida, inútil, insensible, cabezota, incomprendida, incomprensible, malgastada, abofeteada, golpeada por las situaciones, encarnizada, enfadada, cabreada, herida, práctica, desechable. Después de todo esto queda demostrado que también sincera.
Pero ni la sinceridad, ni la templanza, ni siquiera la paciencia son un hilo lo suficientemente fuerte como para coser y curar una brecha tan grande. Pero sin embargo las piedras que vamos lanzando a un muro que parece fuerte, poco a poco y con algo de constancia son capaces de abrir un agujero que llegue hasta el otro lado de él. Nadie es un muro, nadie tira piedras contra él. Yo soy una persona y contra mi lanzan hechos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario