miércoles, 26 de septiembre de 2012

Sola.

No cuestiona, ni persigue. Se cansó de correr jadeante tras las multitudes, de llegar a la meta tarde y sin compañía.
Quien algo quiere, algo le cuesta.
Escala la montaña hasta la cima, sólo entonces ganarás que su mano se extienda para darte una oportunidad.

Sin son.

Sin sonrisa, por supuesto.
Hay momentos en los que la gente se pregunta por qué la chica nunca sonríe; quizás por cabezota, por obsesionarse, por pensar mil veces en negativo y de vez en cuando en algo bueno.
Las princesas dejaron de existir cuando Walt Disney murió, dejando congelado el corazón de millones de cabecitas con corona, al igual que el suyo propio.
No, jamás, es demasiado complicado que sus labios se estiren en son de paz, se siente débil y desprotegida pensando que puedan herir todavía más sus sentimientos y su fe en la vida a carcajadas.
Sin embargo puede que no tenga sonrisa o que simplemente no quiera mostrarla haciendo ver que es algo que sin duda regala a la gente especial. Seguiremos pensando que no tiene son, ni sentido sensacional.
Tanta curiosidad llega a suscitar que nadie se atreve a preguntar el por qué de ser la chica que jamás sonríe.

sábado, 7 de julio de 2012

Terror.

Creo que no hay nada peor que vivir con miedo a perder lo único que tienes, a que las cosas sigan yendo de mal en peor y a sentir los crujidos del alma 35 veces por minuto. Es injusto que el destino me trate así, no he hecho nada para merecerlo.
Márchate. Yo no te he hecho nada, nunca te he perseguido, ni siquiera te he provocado jamás. Deja deser mi sombra constante, no te he pedido, no te necesito. Basta.

domingo, 18 de marzo de 2012

Pongamos.

Pongamos que me quieres. Pongamos que te quiero. Pongamos que te gustan mis besos. Pongamos que soy la chica con la que más te ríes del mundo. Pongamos que no tenemos ataduras ni etiquetas. Pongamos que estoy enamorada de tu voz. Pongamos que tú lo estás de mis ojos. Pongamos que mi perfume y olor de pelo te vuelven loco. Pongamos que me pones. Pongamos que te pongo. Pongamos que tu personalidad me hace ser mejor persona. Pongamos que no has querido a una chica en toda tu vida como que quieres a mi. Pongamos que esto no es un juego. Pongamos que esto es más que un tonteo. Pongamos que me gustas. Pongamos que quiero que estemos juntos. Pongamos que tu también. Pongamos que somos felices. Pongamos que te encanta serlo.