lunes, 25 de octubre de 2010

Callejones.


Se supone que la vida está formada por sueños, ilusiones, metas... Y que es todo eso lo que nos da ganas de seguir adelante.
Pero, ¿qué se supone que tienes que hacer cuando tus sueños son pesadillas, tus ilusiones se desvanecen y tus metas son inalcanzables? Yo no lo sé... ojala lo supiera.
Ojala supiera lo que voy a hacer ahora.

No se trata de sentirse sola o no, ni de ocupar mis ratos muertos pensando en algo, eso lo perdí hace tiempo. Se trata más bien de encontrar la luz en un rincón oscuro, de romper el silencio de una calle abarrotada de gente con el sonido de un violín, de por muy sola y perdida que estés, sentirte siempre acompañada, de que el tiempo pase rápido, de flotar en las nubes cada vez que piensas en una persona y de que el corazón no pueda latir más fuerte cuando ese alguien te roza... Eso es el amor. Eso es estar enamorad@. Por lo tanto, posiblemente muy poca gente haya sentido esto de verdad.
Una cosa es ilusionarse, pero otra muy diferente es enamorarse.
Pero donde realmente se nota la diferencia es en el después... ¿qué pasa después? Cuando te ilusionas, te sientes mal. Cuando te enamoras y todo se termina parece que se hunde tu vida, que nada tiene sentido y que jamás vas a salir del pozo; parece que todo lo que antes tenía sentido, ya no lo tiene, y que te falta algo... algo que parece que nunca va a volver, te falta el sentimiento que te completa y que crees qe nunca volverás a sentir...

Así me siento yo ahora, todo esto no ha sido culpa de nadie, el tiempo y las circunstancias lo han querido así, y no hay más.
Ahora estoy en mi callejón sin salida, en mi calle silenciosa y abarrotada, quieta y rodeada de gente que me arrastra. No sé donde quiero ir, ni qué quiero hacer, lo único que me queda es que vuelvas a aparecer y derrumbes el muro que cierra el callejón, y que vengas y me rescates de esa marea de gente que me lleva de un lado para otro...


LIM.-

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