Quiero ropa tirada en el suelo de una habitación oscura. Quiero respirar al ritmo de unos latidos que no sean los míos, deslizarme como un gato sobre una espalda a la que no le importe si se me va la mano y queda rasgada, quiero sentirme deseada, necesitada, algo querida, nunca demasiado. Quiero ser yo, solamente un rato, el justo y necesario para demostrar que no me he marchado, que sigo aqui.
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